sábado, 30 de enero de 2010

HERIDO




Herido mortalmente
Por la divina flecha del amor
Mi corazón sangraba profusamente
En medio de aquel caminar
Tras las huellas del Bienamado
En aquel día sublime
Siguiendo aun así mi marcha
Tras Sus santas huellas
Hasta que poco a poco
Producto de aquella hemorragia
Mis piernas empezaron a flaquear
Y comencé a enlentecer mi marcha
Hasta poco a poco arrastrarme
Y finalmente exhalar
Mi último suspiro
Convirtiéndome luego
En simplemente espíritu
Libre de toda atadura
Presto a  marchar nuevamente
Tras las huellas del Bienamado
Por toda la eternidad.
30/01/10.

1 comentario:

Anónimo dijo...

*HERIDO*

Me tocó profundamente esta poesía, pues que la única certeza que tengo en mi vida es que, sea como sea, seguire por el camino del Bien, aúnque arrastrandome, por la gran dificultad que tengo de vivir con perfección las Leyes Divinas - a cada paso adelante, dos para trás...pero sigo con la esperanza de un dia tal vez yo logre llegar un poco más cerca de Dios: no há otra forma de ser feliz.
(Beatriz Rizzini - desde Brasil)